IV Congreso Iberoamericano sobre el síndrome de Down

Salamanca (España) 16, 17 y 18 de Marzo de 2016

Vida afectiva y vida sexual y reproductiva de las personas con síndrome de Down. El derecho a formar una familia

Presentado por
Beatriz Garvía Peñuelas

Autores

  • Beatriz Garvía Peñuelas  (Fundació Catalana Síndrome de Down. Barcelona)

Resumen
La vida afectiva y sexual de las personas con síndrome de Down (SD) está sometida a una serie de mitos y prejuicios que inquietan a familias y profesionales. Pero la sexualidad de la persona con SD es sexualidad humana, no es especial. La Organización Mundial de la Salud define la sexualidad como “un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca el sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.” (OMS, 2006). La aparición de la sexualidad en el colectivo Down genera angustia y provoca reacciones diversas, pues su aceptación todavía resulta complicada. La mejora de sus condiciones de vida ha supuesto una gran oportunidad para normalizar sus vidas y gozar de proyectos acordes a sus expectativas. Las personas son SD desean tener trabajo, casa y una pareja con la que convivir. En algunos casos estos deseos han recibido el apoyo de las familias que, con ciertas dosis de riesgo y valentía, les han ofrecido la oportunidad de constituirse como una unidad familiar y gozar de una vida normalizada con los apoyos necesarios. La mayoría de la bibliografía sobre sexo-afectividad y discapacidad pone el acento en los aspectos médicos, educativos y de conducta, evitando el terreno afectivo. La afectividad de las personas con SD no es distinta a la del resto de seres humanos. Pero, el acceso a una relación de pareja real y satisfactoria implica la vivencia de la propia discapacidad y la aceptación de las dificultades propias de la paternidad, ya que el deseo de tener hijos muchas veces está presente. Este es el punto más complicado de trabajar con las familias y con el propio sujeto.